Este restaurante es uno de los establecimientos con más solera de la ciudad. Se fundó hace ya un cuarto de siglo en una céntrica vía que a través de su senda peatonal, conecta la Plaza del Corrillo con el núcleo monumental conformado por la Casa de las Conchas, la Clerecía y la Universidad Pontificia.
Ofrecen una cocina casera elaborada con dedicación y productos de primera, cocinados y emplatados siguiendo un arraigado estilo tradicional. Destacan por sus delicados patés caseros como el paté de cabracho, el de gambas con salsa de marisco y la mousse de espárragos con salsa de espinacas; otras especialidades que destacan son su variedad de embutidos ibéricos, ternera morucha a la pimienta verde, escalopines al jerez, cochinillo asado, lubina a la naranja, el lenguado al champán, el lomo de merluza con almejas y sus deliciosos postres caseros. Cabe destacar su bodega de vinos nacionales, que cuida especialmente los caldos procedentes de la Ribera del Duero y de la Rioja.
Cuentan con un comedor de decoración clásica, con capacidad para 90 comensales y una terraza de verano con capacidad para 20 personas.
Uno de los puntos fuertes del lugar es la cantidad de menús preparados que tienen a disposición del comensal y que se adaptan a las más variadas situaciones (celíacos, grupos, etc.). Numerosos universitarios lo eligen para celebrar su esperada imposición de bandas, también es un lugar típico para cenas, comidas familiares y de empresa, y ahora además para Año Nuevo y Reyes el restaurante preparará un menú especial para estas señaladas fechas.